viernes, 16 de marzo de 2012

EL REFRÁN



“Habló el buey y dijo ¡mu!
Hace alusión a la fábula clásica y se refiere a aquellos que de ordinario permanecen callados, y cuando al fin se deciden a decir algo, resulta ser una necedad.

LAS IDEAS Y LOS TIEMPOS



Epicuro (Samos, 341 a.C. – Atenas, 270 a. C.) (B)
Su doctrina (epicurismo o hedonismo) consiste en proclamar que vivir en el placer, evitando el dolor, constituye la felicidad. Distingue tres clases de placeres:
Los que son naturales y necesarios, como el alimento y el vestido, que hay que satisfacer de manera equilibrada.
Los que son naturales pero no necesarios, como la conversación, el sexo, las artes, que hay que satisfacer de manera moderada.
Los que son innaturales e innecesarios, como el poder, la fama, que no hay que satisfacer, porque son superfluos. 

lunes, 12 de marzo de 2012

En mis sueños


Yo, Andrea Guadalupe, colecciono botones, antes, coleccionaba tazas para café según los lugares que visitara, sólo que las continuas mudanzas acababan con ellas.
Sin saber como o cuando, inicie a coleccionar botones, siempre me doy ideas para encontrar alguno.
En las blusas que voy desechando, en las camisas que mi hijo va dejando, de vez en vez consigo unos antiguos, otras ocasiones, encuentro botones más nuevos.
No recuerdo cuándo empezó mi gusto, lo cierto es que esta aventura es un secreto que oculto de todos mis conocidos.
Tan pronto encuentro un botón nuevo, lo guardo rápido en mi lata de conos aromatizantes que conservaba vacía para cuando la necesitara.
Claro, nadie sabe que la diversión empieza cuando la noche se hace presente.
Entre mis sueños, se arrastra la lata hasta el borde de la cama, se destapa, y entonces…
Primero los botones se muestran desconfiados, sólo que poco a poco van saliendo.
A veces despacio, otras veces saltan a como gotas redondas, también les gusta salir rodando como bolita o girando como platos voladores.

Mis botones son muy juguetones; una vez que están afuera del escondite, empieza el show: primero hacen rondas, después se agrupan por colores y arman un arco iris en la alfombra de la habitación; se vuelven a desarmar
¡Y ahora en fila son un tren!
Cuando hacen una pila alta, ¡Sí que es divertida!
Uno se trepa encima de otro y la torre de botones se estiiiiiiira y se estiiiiiiira hasta vacilar como un suspiro de enamorado; y si se me descuido, se inclina rápido para un lado y ya nada puede detenerlos, entonces: zazzzz!
Todos los botones al suelo.

En mis sueños, me gusta quedarme horas jugando con mis botones.
Dibujo con ellos caminos que van lejos, olas de espuma besando las playas, humo de chimeneas y paisajes enteros.
También me gusta cargarlos y llevarlos a pasear por la casa.

A veces sueño que mis botones son estrellas resplandecientes, entonces acomodo los más brillantes sobre una cartulina azul y después me alejo para contemplar la noche de figuras radiantes y agujereadas.

Claro, de tanto jugar, el tiempo pasa, de golpe ya casi amanece y debo levantarme para iniciar mis quehaceres, entonces guardo uno a uno mis botones.
Eso sí, antes de tapar la lata, les saludo, y ellos, agradecidos, me regalan una pirueta.
Por suerte ya nadie los cose, no arrastran hilos ni ataduras, son botones en libertad.

Andrea Guadalupe.

viernes, 9 de marzo de 2012

Bonsai


ORIGEN DE
Bonsai


El arte de cultivar bonsáis ya se llevaba practicando en China desde el año 200 a.C. y de allí paso al Japón.
En japonés, “bon” significa maceta y “sai” planta. Es pues el arte por el que se consigue limitar el crecimiento de los árboles para cultivarlo en macetas o bandejas.
En el siglo XVII el cultivo del bonsai se hizo masivo así como su presencia en las artes decorativas.
A Europa llegó en 1870, pero no su significado filosófico y religioso como modo de entender la vida que en Japón tenía, sino como una curiosidad exótica y como elemento decorativo. Rápidamente los esnobs lo pusieron de moda.
En España el hecho de que el ex-presidente Felipe González fuera un conocido cultivador de bonsáis, fue decisivo para que se diera a conocer de manera masiva.


lunes, 5 de marzo de 2012

¿Quieres que te cuente el cuento de nunca acabar?




Varios modelos:

El del gato:

Éste era un gato
con las orejas de trapo
y la barriga al revés...
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
....

El del rey:

Una vez era un rey
que tenia tres hijas,
las metió en tres botijas
y las tapó con pez
¿Quieres que te lo cuente otravez?
.........

El del pan paraules:

¿Quieres que te cuente el cuento
del pan parapues
el de las bragas azules
y el culo al revés?
¿Quieres que te lo cuente al revés?
.........

¿El del gallo capón?:

“juego infinito en que el narrador preguntaba si querían que les contra el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que sí, el narrador decía que no había pedido que dijeran que sí, sino que si querían que les contra el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que no, el narrador decía que no les había pedido que dijeran que no, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando se quedaban callados, el narrador decía que no les había pedido que se quedaran callados, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y nadie podía irse, porque el narrador les decía que no les había pedido que se fueran, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y así sucesivamente, en un círculo vicioso que se prolongaba por noches enteras”.
…………..

Probablemente todos sabréis algún cuento del nunca acabar. Algún pariente vuestro, quizás el abuelo, estuvo a punto de sacaros de vuestras casillas contándoos algún cuento parecido al del Gallo Capón.
Esta versión está tomada también de García Márquez en “Cien años de soledad”. El texto de arriba es suyo y lo trae a colación con motivo de la “enfermedad del insomnio” de la que en un momento determinado aparece afectado todo el pueblo de Macondo. Al no poder dormir, pasaban las noches reunidos “para conversar sin tregua y a complicar hasta los límites de la exasperación el cuento del gallo capón…

sábado, 3 de marzo de 2012

Décima del Dr. Letamendi.

Don José Letamendi nació en Barcelona en 1828 y murió en Madrid el 1897, Fue catedrático de anatomía en Barcelona y de Patología en Madrid.

Además fue un hombre sabio, y cultivó la Filosofía, la Pedagogía, entre otras aficiones tenía la literatura, fue pintor, y violinista, incluso compuso algunas partituras.

Mi padre siempre hablaba de él y repetía la décima que lo ha hecho famoso.

Receta para vivir 100 años o Receta para una vida sana o simplemente:

Décima del Dr. Letamendi.

Vida honesta y ordenada,

usar de pocos remedios

y poner todos los medios

en no alterarse por nada.

La comida, ordenada,

ejercicio y distracción,

no tener nunca aprensión,

salir al campo algún rato,

poco encierro, mucho trato

y continua ocupación.

Dr. Letamendi