viernes, 23 de agosto de 2019



AMÉRICA Y EL ESPAÑOL 

Seseo y yeísmo

Durante la época antillana el grupo más numeroso de españoles expedicionarios era de Andalucía. De cada tres expedicionarios, uno era andaluz y entre andaluces y extremeños sumaban la mitad de todos ellos.

También de Canarias procedían muchos expedicionarios.

Todos ellos formaban una mayoría que se caracterizaba en el habla por un seseo peculiar:
-aspiración de las eses finales,
-confusión de la erres por eles (arma por alma, etc),
-pronunciación de la elle por y griega  (yeísmo).

Todo esto propició que en la tercera generación, en el período de 60 años se produjese una nivelación del lenguaje a favor de este grupo mayoritario.

Pero también hubo focos minoritarios, representativos de las formas lingüísticas cortesanas según el modo de hablar de Toledo y de Madrid.

Estos focos coincidieron fundamentalmente con los focos virreinales de México y Perú que se instalaron en las elegantes ciudades señoriales, constituyéndose en importantes núcleos de cultura y refinamiento que abarcaba a virreyes y séquitos, pero también a funcionarios, letrados, alto clero y un considerable número de hombres cultos y cortesanos.

Así pues el español americano se bifurcó en dos variedades: por un alado la original andaluza en una decisiva etapa de nivelación y por otro, la variedad surgida poco después en los centros virreinales imitadora de la lengua cortesana. No obstante el SESEO y el YEÍSMO quedaron establecidos de manera definitiva.

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