jueves, 14 de julio de 2022

MARCA MUJER

Alejandra Fiódorovna (Darmstadt, 1872 – Ekaterimburgo, 1918)

Era nieta de la reina Victoria del Reino Unido, convertida en la última emperatriz de Rusia, al casarse con el zar Nicolás II.  Fue recibida con este nombre en la iglesia ortodoxa rusa y canonizada junto con el resto de la familia tras ser ejecutados por los bolcheviques  como consecuencia de la Revolución de Octubre.

Alix, llamada así cariñosamente por su familia, rehusó casarse con su primo, el príncipe Alberto Víctor, a pesar de la presión familiar. Ella ya había conocido a Nicolás Aleksándrovich de Rusia y se había enamorado de él. Estaban emparentados entres sí a través de varias líneas de la realeza europea, En concreto la princesa Guillermina de Baden, había sido bisabuela de los dos, siendo pues primos terceros.

En un principio, Alix rechazó el matrimonio con Nicolás pues no quería convertirse a la ortodoxia dejando su religión luterana, pero fue convencida y al fin aceptó. A la muerte de Alejandro III, padre de Nicolás, éste fue confirmado como zar y Alix recibida en la iglesia ortodoxa con el nombre de Alejandra. Se casaron en el Palacio de Invierno el 26 de noviembre del año 1894.

Coronada emperatriz, nunca se esforzó por ganarse el afecto del pueblo ruso. Vivía recluida  al cuidado de sus hijos y alejada, fría y distanciada de la gente, seguramente debido a su timidez, a su origen alemán, a su escasa asimilación de la cultura rusa  y de su trastorno hemofílico. Su hijo y único heredero Alekséi nació hemofílico y desde entonces Alejandra recurrió a médicos, a las oraciones y al cuidado de Rasputín de quien se hizo amiga y seguidora.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Nicolás se desplazó al frente y Alejandra quedó como regente. Trabajó como enfermera para la Cruz Roja, junto con sus dos hijas mayores, en un hospital de campaña. Gobernó durante dos años y medio, tiempo en el que la situación del país se debilitó. Circularon rumores acerca de su relación con Rasputín, apuntando que era de naturaleza sexual, también con sus hijas. Hubo hambrunas y falta de bienes, generando un clima de gran tensión en el pueblo. Nicolás tuvo que abdicar y se entró en  guerra civil;  la familia imperial fue ejecutada. La Iglesia Ortodoxa Rusa canonizó a todos los miembros de la familia imperial y sus restos descansan en la catedral de San Pedro y San Pablo de San Petesburgo.

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