lunes, 11 de septiembre de 2023

El armiño

Un día un armiño acertó a pasar al lado de un zorro que estaba comiendo en un sendero de la montaña. Al verlo el zorro, que ya no tenía más hambre, le dijo:

-Amigo, te invito a comer

- Gracias, pero ya comí –contestó el armiño.

El zorro empezó a reír a carcajadas mientras decía:

-¡Hay que ver cómo sois los armiños! Con tal de no manchar vuestra vestidura blanca, coméis con mucho cuidado sólo una vez al día y a menudo preferís ayunar.

Acababa de hablar el zorro cuando se presentaron de improviso unos cazadores. El zorro se ocultó con toda rapidez bajo tierra. Pero el armiño titubeó pues su madriguera estaba inundada y no quería ensuciarse con el barro. Era un blanco perfecto para los cazadores y, en efecto, sonaron unos disparos.

Mortales hay que, como el armiño, prefieren morir antes de perder su pureza.

Leonardo da Vinci

(Tomado de la red y resumido libremente)

Imagen:https://www.blogger.com/

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