Llega Esopo con cinco lobos
El primero no logra seducir a un inocente corderito.
Al segundo, el arrullo de una niñera lo tiene confundido.
El tercero se exceptúa a sí mismo de la norma que da para los
demás y el burro lo deja en evidencia.
El cuarto tiene un concepto interesado de lo que es justo.
El quinto, por nada del mundo renunciaría a su libertad.
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El lobo y el cordero en el templo
Dándose cuenta de que era perseguido por un
lobo, un pequeño corderito decidió refugiarse en un templo cercano.
Lo llamó el lobo y le dijo que si el
sacrificador lo encontraba allí dentro, lo inmolaría a su Dios.
-¡Mejor así! -replicó el cordero- prefiero ser
víctima para un dios a tener que perecer en tus colmillos.
Esopo
El lobo, la nana y el niño
Se hallaba hambriento un lobo, y vagaba en
busca de su comida. Llegó a una choza y oyó a un niño que lloraba y a su nana que le decía:
-No llores, mi niño, porque te llevo donde el
lobo.
Creyendo el lobo aquellas palabras, s quedó
esperando por mucho tiempo. Y llegada la noche, la nana, cuando arrullaba al niño le cantaba:
-Si viene el lobo, le mataremos.
Al oír el lobo las nuevas palabras, siguió su
camino meditando:
-En esta casa dicen primero una cosa, y después
quieren hacer otra muy diferente.
Esopo
El lobo y el asno
Un lobo fue elegido rey entre sus congéneres y
decretó una ley ordenando que lo que cada uno capturase en la caza, lo pusiera
en común y lo repartiese por partes iguales entre todos; de esta manera ya no
tendrían los lobos que devorase unos a otros en épocas de hambre.
Pero en eso lo escuchó un asno que estaba por
ahí cerca, y moviendo sus orejas le dijo:
-Magnífica idea ha brotado de tu corazón, pero
¿por qué has escondido todo tu botín en tu cueva? Llévalo a tu comunidad y
repártelo bien, como lo has decretado.
El lobo descubierto y confundido, derogó su
ley.
Esopo
El lobo y el león
Cierta vez un lobo, después de capturar a un
carnero en un rebaño, lo arrastraba a su guarida. Pero un león que lo
observaba, salió a su paso y se lo arrebató. Molesto el lobo, y guardando
prudente distancia le reclamó:
-¡Injustamente me arrebatas lo que es mío!
El león, riéndose, le dijo:
-Ajá, me vas a decir seguro que tú lo recibiste
buenamente de un amigo.
Esopo
El lobo y el perro
Se encontró un lobo con un corpulento perro
sujeto por un collar, y le preguntó:
¿Quién te ha encadenado y quién te ha
alimentado de esa forma?
-Mi amo, el cazador –respondió el perro.
¡Que los dioses nos libren a los lobos de
semejante destino! Prefiero morir de hambre a tener que cargar ten pesado
collar.
Esopo
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