Los postreros cinco lobos de Esopo
El primero de Esopo hace callar
a un cabrito mal educado.
El segundo, tocado de melomanía, dejó escapar la presa.
Al terceo, por fingir ser oveja, el pastor lo toma por cordero.
Un lobo reivindicativo pone en evidencia a unos pastores.
El quinto, engreído y vanidoso, es puesto en ridículo por una vieja zorra.
El lobo y el cabrito encerrado
Protegido por la seguridad del corral de una
casa, un cabrito vio pasar a un lobo y comenzó a insultarle, burlándose
ampliamente de él. El lobo, serenamente replicó:
-¡Infeliz! Sé que no eres tú quien me está insultando, sino el sitio en que te encuentras.
El lobo flautista y el cabrito
Un cabrito se rezagó en el rebaño y fue
alcanzado por un lobo que lo perseguía. Se volvió hacia éste y le dijo:
-Ya sé, señor lobo, que estoy condenado a ser
tu almuerzo. Pero para no morir sin honor, toca la flauta y yo bailaré por
última vez.
Y así lo hicieron, pero los perros, que no
estaban lejos, oyeron el ruido y salieron a perseguir al lobo. Viendo la mala
pasada, se dijo el lobo:
-Con sobrada razón me ha sucedido esto, porque siendo yo cazador, no debí meterme a flautista.
El lobo con piel de oveja
Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para sí facilitar la obtención de su comida. Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor. Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un encierro, quedando la puerta asegurada. Pero en la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.
El lobo y los pastores cenando
Un lobo que pasaba cerca de un palenque, vio
allí a unos pastores que cenaban las carnes de un cordero. Acercándoseles, les
dijo:
-¡Qué escándalo habría si fuera yo quien estuviera haciendo lo que ustedes hacen!
El lobo y la zorra
Una vez un lobo muy grande y fuerte nació entre
los lobos, y excedió a todos sus compañeros del mismo tipo en fuerza, tamaño, y
rapidez, de modo que ellos unánimemente decidieron llamarlo “León”. El lobo,
con una carencia de sentido igual a su tamaño enorme, pensó que ellos le dieron
ese nombre por ser en verdad como un león, y, dejando su propia raza, se fua a
vivir finalmente con los leones.
Una vieja zorra, viendo eso, le dijo:
-Es mi intención no llegar nunca a hacerme tan ridícula como usted lo hace con su orgullo y vanidad; porque aunque tiene usted el tamaño de un león entre lobos, en una manada de leones usted es y seguirá siendo definitivamente un lobo.
Imágenes:https://www.blogger.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario