sábado, 17 de octubre de 2020

 UN ASNO Y CUATRO FABULISTAS

 El asno cargado de esponjas y el asno cargado de sal

Iban por un camino dos asnos. Uno transportaba sal y el otro, esponjas. El primero se detenía a cada rato, agobiado por el peso, teniendo que aguantar las burlas del otro, que iba más ligero.

Llegaron a un río que debían atravesar. El asno cargado de sal se metió primero en el agua. Al principio se hundió por el peso, pero el agua disolvió la sal y el burro pudo alcanzar la otra orilla.

El segundo asno, al ver que su compañero había cruzado, se metió en el agua sin reflexionar. Resulta que las esponjas que llevaba absorbieron el agua, aumentaron el peso y hundieron al animal.

La Fontaine

El Asno y su amo

Siempre acostumbra hacer el vulgo necio

de lo bueno y lo malo igual aprecio.

Yo le doy lo peor, que es lo que alaba.

 

De este modo sus hechos disculpaba

un escritor de farsas indecentes;

y un taimado poeta que lo oía,

respondió en los términos siguientes:

 

Al humilde jumento

su dueño daba paja, y le decía:

Toma, pues que con eso estás contento.

Díjolo tantas veces, que ya un día

se enfadó el asno, y replicó: Yo tomo

lo que me quieres dar; pero, hombre injusto,

¿piensas que sólo de la paja gusto?

Dame grano, y verás si me lo como.

  

Sepa quien para el público trabaja,

que tal vez a la plebe culpa en vano,

pues si en dándola paja, come paja,

siempre que la dan grano, come grano. 

Iriarte

El asno vestido de león

Un Asno disfrazado

con una grande piel de León andaba;

por su temible aspecto casi estaba

desierto el bosque, solitario el prado.

Pero quiso el destino

que le llegase a ver desde el molino

la punta de una oreja el molinero.

Armado entonces de un garrote fiero,

dale de palos, llévalo a su casa.

Divúlgase al contorno lo que pasa;

llegan todos a ver en el instante

al que habían temido León reinante;

y haciendo mofa de su idea necia,

quien más le respetó, más le desprecia.

 

Desde que oí del Asno contar esto

dos ochavos apuesto,

si es que Pedro Fernández no se deja

de andar con el disfraz del caballero,

a vueltas del vestido y el sombrero,

que le han de ver la punta de la oreja.

Samaniego


El león y el asno

Se juntaron el león y el asno para cazar animales salvajes. El león utilizaba su fuerza y el asno las coces de sus pies. Una vez que acumularon cierto número de piezas, el león las dividió en tres partes y le dijo al asno:

-- La primera me pertenece por ser el rey; la segunda también es mía por ser tu socio, y sobre la tercera, mejor te vas largando si no quieres que te vaya como a las presas.

Esopo

Imágenes:https://www.google.com/







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