Las Ideas y Los Tiempos
Los ocho cielos de los Yekuana
Jahuakudahana: Este es el primer nivel del
cielo, allí viven los Attitiudi Hana, los dueños del aliento, de la palabra y
del ritmo. Nunca duermen ni comen. Enseñan a los huhai a escuchar y cantar en
otras lenguas.
Iadekuna: El segundo cielo, hogar de los
Setawa Kaliana, maestros de los huhai. No comen, no duermen, hablan y no
trabajan. Solo se sientan con las manos apoyadas en la cabeza y los codos en
las rodillas. Ven todas las cosas y enseñan a los huhai a ver como ven los
demás.
Mahekunahana: Casa de la gente murciélago,
los Dedewashihiamo. Dueños de las maracas, que son para los yekuana
instrumentos sagrados. A diferencia de los demás, los murciélagos no necesitan
wirikis (piedras de cuarzo mágicas) en sus maracas, pues ellos son capaces de
hacerlas sonar vacías.
Iadiñakuna: Cuarto cielo. Conocido como el
más hermoso de todos, es un lugar coronado con el gran lago azul Akuena en todo
el medio, cuya agua se conoce como akene. Esa agua es curativa, igual que la
hierba que crece alrededor y se llama Kaahi. En este cielo viven la mariposa morphoazul, Mahewa; Muna,
(interpretado por algunos traductores como una tonina, y por otros como un manatí) y el pez Dinushi, la anguila eléctrica.
Estos tres espíritus ayudaron a Wanaddi en su labor creadora. Al morir las
personas en la tierra su espíritu sube hasta este lago donde se curan y forman
parte de la vida del cielo.
Ennemadi: En este cielo viven los Weweyeena,
los guardianes de los wirikis, los cristales de cuarzos que forman parte de una
maraca mágica. Con estos cuarzos se puede usar la maraca para capturar y
destruir espíritus de Odosha.
Marawahuña: El sexto cielo es el hogar de los
tres pájaros sagrados, que los chamanes convocan con sus maracas cuando
necesitan su ayuda espiritual. Estos son Muddo, el pavita;
Tawaadi, el aguitacamino y Hohottu (o Hohooti) el gavilán. Cuando estos bajan a la tierra,
los chamanes y los curanderos usan sus poder para atrapar o destruir espíritus
que estén enfermando a la gente.
Shiriche Kumenadi: Este es el séptimo cielo,
hogar de todas las estrellas.
Motadewa: El octavo cielo es el cielo
supremo, donde vive Wannadi junto a toda su familia. Este es el destino final
para los bienaventurados. Este es el verdadero cielo, donde, igual que en la
tierra, hay montañas, aguas y árboles. Sin embargo allí no existen ni el
hambre, ni la muerte, ni las enfermedades, ni el dolor, pues todo esto solo lo
pueden hacer Odosha y sus espíritus, y ellos no pueden subir al cielo.
(De la red)
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