AMÉRICA Y EL ESPAÑOL
Seseo y yeísmo
Durante la época antillana el grupo
más numeroso de españoles expedicionarios era de Andalucía. De cada tres
expedicionarios, uno era andaluz y entre andaluces y extremeños sumaban la
mitad de todos ellos.
También de Canarias procedían muchos
expedicionarios.
Todos ellos formaban una mayoría que
se caracterizaba en el habla por un seseo peculiar:
-aspiración de las eses finales,
-confusión de la erres por eles (arma
por alma, etc),
-pronunciación de la elle por y
griega (yeísmo).
Todo esto propició que en la tercera
generación, en el período de 60 años se produjese una nivelación del lenguaje a
favor de este grupo mayoritario.
Pero también hubo focos minoritarios,
representativos de las formas lingüísticas cortesanas según el modo de hablar
de Toledo y de Madrid.
Estos focos coincidieron
fundamentalmente con los focos virreinales de México y Perú que se instalaron
en las elegantes ciudades señoriales, constituyéndose en importantes núcleos de
cultura y refinamiento que abarcaba a virreyes y séquitos, pero también a
funcionarios, letrados, alto clero y un considerable número de hombres cultos y
cortesanos.
Así pues el español americano se
bifurcó en dos variedades: por un alado la original andaluza en una decisiva
etapa de nivelación y por otro, la variedad surgida poco después en los centros
virreinales imitadora de la lengua cortesana. No obstante el SESEO y el YEÍSMO
quedaron establecidos de manera definitiva.