jueves, 1 de abril de 2021

DESEMPOLVANDO

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo –me recomendó-. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.” Entonces no pude hacer otra cosa que decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

………………..

Sintió que unas manos le tocaban los hombros y enderezó el cuerpo, endureciéndolo.

-Soy yo, don Pedro –dojo Damiana-, ¿No quiere que la traiga su almuerzo?

Pedro Páramo respondió:

-Voy para allá. Ya voy.

Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de caminar. Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una sola palabra. Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.

Principio y fin de  ‘PEDRO PÁRAMO’ de Juan Rulfo

Imagen:https://www.google.com/

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