Jenófanes le dio un repaso a los dioses de la tradición griega, a todos y cada uno de los múltiples dioses del olimpo y concluyó que todos eran inventados por los hombres a su propia imagen.
La representación física, decía, es antropomórfica y tienen los mismos defectos, sus mismas virtudes y sus mismas pasiones. Por tanto esos dioses no pueden presentarse a los jóvenes como modelo de conducta.
Jenófanes se muestra moralista, reniega de esos dioses y propone la existencia de un dios único, supremo y perfecto.
Por algo Jenófanes fue conocido como “El teólogo”.
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