Viene Esopo con cinco perros
Uno mordedor.
Otro mentiroso
El tercero es forzudo pero muy prudente.
El cuarto establece pactos con la zorra muy beneficioso para ésta.
El quinto, cuando aprende la lección ya es tarde.
El hombre al que mordió un perro
Un perro mordió a un hombre y éste corría por
todos los lados, buscando quién lo curara. Un vecino le dijo que mojara un
pedazo de pan con la sangre de su herida y se lo arrojase al perro que lo
mordió. Pero el hombre herido respondió:
-¡Si así premiara al perro, todos los perros del pueblo vendrían a morderme!
El perro y el cocinero
Preparó un hombre una cena en honor de uno de
sus amigos y de sus familiares. Y su perro invitó también a otro perro amigo.
-Ven a cenar a mi casa conmigo –le dijo.
Llegó el perro invitado lleno de alegría. Se
detuvo a contemplar el gran festín, diciéndose a sí ismo:
-¡Qué suerte tan inesperada! Tendré comida para
hartarme y no pasaré hambre por varios días.
Estando en estos pensamientos, meneaba el rabo
como gran viejo amigo de confianza. Pero al verlo el cocinero moviéndose
alegremente de allá para acá, lo cogió de las patas y sin pensarlo más, lo
arrojó por la ventana. El perro se volvió lanzando grandes alaridos, y encontrándose
en el camino con otros perros, éstos le preguntaron:
.¿Cuánto has comido en la fiesta, amigo?
-De tanto beber, -contestó- tanto me he embriagado, que ya ni siquiera sé por dónde he salido.
El perro de pelea y los perros sencillos
Un perro había sido muy bien alimentado en su
casa y fue adiestrado para luchar contra la fieras. Un día, al ver un gran
número de ellas colocadas en fila, rompió el collar que le sujetaba y
rápidamente echó a correr por las calles del pueblo. Lo vieron pasar otros
perros, y viendo que era fuerte como un toro, le preguntaron:
-¿Por qué corres de esa manera?
-Sé que vivo en abundancia, sin hambres, con mi
estómago siempre satisfecho, pero también siempre estoy cerca de la muerte combatiendo a esos osos y leones
–respondió.
Entonces los otros perros comentaron:
.Nuestra vida es en verdad pobre, pero más
bella, sin tener que penar en combatir con leones ni osos.
El perro, el gallo y la zorra
Cierta vez un perro y un gallo se unieron en
sociedad para recorrer el mundo. Llegada una noche, el gallo subió a un árbol y
el perro se arrecostó al pie del tronco.
Y como era su costumbre, cantó el gallo antes
del amanecer. Oyó su canto la zorra y corrió hacia el sitio, parándose al pie
del árbol. Le rogó que descendiera, pues deseaba besar a un animal que tenía
tan exquisita voz. Le suplicó entonces el gallo que por favor, primero despertara
al portero que estaba durmiendo al pie del árbol. Y entonces el perro, cuando la
zorra buscaba cómo establecer conversación con el portero, le saltó encima
descuartizándola.
El perro y la almeja
Un perro de esos acostumbrado a comer huevos,
al ver una almeja, no lo pensó dos veces, y creyendo que se trataba de un huevo,
se la tragó inmediatamente. Desgarradas luego sus entrañas, se sintió muy mal y
se dijo:
-Bien merecido lo tengo, por creer que todo lo
que veo redondo son huevos.
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