Yo conozco una vecina
que ha comprado una gallina
que parece una sardina enlatada.
Tiene las patas de alambre
porque pasa mucha hambre
y la pobre está todita desplumada.
Pone huevos en la sala
y también en la cocina
pero nunca los pone en el corral.
La Gallina!! Turuleca!!
es un caso singular.
La Gallina!! Turuleca!!
está loca de verdad.
La Gallina Turuleca
ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres.
La Gallina Turuleca
ha puesto cuatro, ha puesto cinco, ha puesto seis.
La Gallina Turuleca
ha puesto siete, ha puesto ocho, ha puesto nueve.
Donde está esa gallinita,
déjala a la pobrecita, déjala que ponga diez. Gaby Fofo y Miliki
Cuando sobre alguien recae algún tipo de bienes que
no está capacitado para disfrutarlos. En La Celestina se nos dice: “Dios da
habas a quien no tiene quijadas”.
También suele decirse que “Dios da pan a quien no tiene dientes”.
Del gran poeta
francés, Paul Verlaine, simbolista del siglo XIX contemporaneo y poeta maldito
junto con Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé, es la siguiente estrofa:
Feliz el que,
aprovechando los placeres de la tierra,
besando un culito,
bebiendo en un gran vaso
llena uno, vacía
el otro, y pasa con alegría
del culo de la
botella al culo de la belleza.
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He aquí algunas coplas populares, recopiladas por el investigador
argentino Juan Alfonso Carrizo:
Me gustan las niñas lindas
y el aguardiente si es fino,
me gustan las empanadas
y un chambao llenito e vino.
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Lindo canta la calandria
y muy lindo el ruiseñor,
mejor canta la botella
si le sacas el tapón.
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Mi padre porrón se llama,
mi madre se llama cepa,
yo me llamo tinajita
para que el vino me quepa.
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Échele vino a ese vaso
aunque caiga por el suelo,
y beba niña bonita
que es de plata del minero.
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Amalhaya me comiera
pancito mojado en vino
y mereciera un besito
de la mujer del vecino.
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La garganta me duele
de tanto cantar.
Si me dieran vino
habría e sanar.
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No puedo cantar fuerte
no tengo aliento,
pasen un trago e vino
para alimento.
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Échenme un jarro de vino
que se le venga cayendo,
que si no lo pago ahora
se lo he de quedar debiendo.
+++
Lo primero amar a Dios,
lo segundo a la botella,
tercero es buscar mujer
y cuarto dormir con ella.
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Y ahora, un pequeño poema
del poeta y dramaturgo irlandés William Butler Yeats:
Todo lo que existe tiene una razón, un “logos”. Es la ley universal
que todo lo rige y es también nuestra
razón que nos hace comprender por qué las cosas son como son.
Los contrarios (día-noche; calor-frío; luz-oscuridad) no solamente no
se excluyen sino que se necesitan. No puede haber día sin noche ni muerte sin
vida, etc. Esta tensión entre contrarios, esta “guerra” es el origen de todo.
Ser quiere decir “devenir”, fluir, un continuo dejar de ser para
comenzar a ser.
Siguiendo con el tema del vino, dejo unos fragmentos de “La voz del
vino” del grupo musical “Nuevo Mester de Juglaría”. El grupo hizo un recorrido por las distintas regiones españolas cantando al vino con
sus músicas específicas: jotas, fandangos, seguidillas, zorcikos...
"Soy joven
cuando llego a la bodega, y en la cuba durmiendo cojo solera, y cuando me despierto vino maduro, en la copa me sirven rojo y oscuro. Pero el tiempo se marcha y todo llega, me voy haciendo viejo en la bodega; es mi padre el viñedo mi madre cepa, son mis venas los tallos, mi cuerpo tierra."
…..
"Calla, vino
parlanchín, que eres juez de comisiones; donde quiera que te encuentras todas son conversaciones. Tu corres mas que las liebres, y vuelas mas que el milano, te subes a la cabeza, quieres poder, mas que el amo."
………
Anacreonte fue un poeta griego de la
isla de Teos, alla por el siglo VI (a. C.). Los temas de su poesía giran
preferentemente en torno al amor y al vino. Sus dioses preferidos son,
consecuentemente, Eros y Dionisos. He aquí un poema suyo. Su tema sería
aquella frase latina que Plinio el Viejo acuñó, siglos después: “In vino
veritas, in aqua sanitas” (En el vino está la verdad, en el agua la salud).
"¿A qué me instruyes en las reglas de la
retórica?
Al fin y al cabo, ¿a qué tantos discursos
que en nada me aprovechan?
Será mejor que enseñes a saborear
el néctar de Dionisios
y a hacer que la más bella de las diosas
aun me haga digno de sus encantos.
La nieve ha hecho en mi cabeza su corona;
muchacho, dame agua y vino que el alma me adormezcan
pues el tiempo que me queda por vivir
es breve, demasiado breve.
Pronto me habrás de enterrar
y los muertos no beben, no aman, no desean."
……..
Del gran cantoautor y poeta argentino, Alberto Cortez, el
siguiente poema sobre el vino.
“¡Qué lindo es el vino!”, dice el poeta, pero como en todo, es
preciso saber cómo y en qué medida:
Si señor, si señor, el vino puede sacar cosas que el hombre
se calla
Que
deberían salir cuando el hombre bebe agua.
Va
buscando pecho adentro, por los silencios del alma
Y
los va poniendo voces, y los va haciendo palabras.
A
veces, saca una pena, que por ser pena es amarga,
Sobre
su palco de fuego, la pone a bailar descalza.
Baila,
y bailando se crece... hasta que le vino se acaba.
Entonces,
vuelve la pena a ser silencio del alma.
Si
señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla
Cosas
que hieren por dentro, cosas que pudren el alma
De
los que bajan los ojos, y que esconden la mirada.
Libera
entonces el vino, la valentía encerrada
Y
los disfraza de machos, como por arte de magia.
Entonces
son... ¡bravucones! hasta que el vino se acaba
Pues
del matón al cobarde, solo media, la resaca.
Si
señor, si señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla
Cambia
el prisma de las cosas, cuando más les hace falta
A
los que llevan sus culpas como una cruz a la espalda.
La
impura, se siente pura, como cuando era muchacha
Y
el cornudo, regatea la medida de su drama.
Y,
los tiñe de colores de castidad simulada
Pues
siempre acaban el vino los dos en la misma cama.
Pero...
¡que lindo es el vino!, el que se bebe en la casa
Del
que esta limpio por dentro y tiene brillando el alma
Que
nunca le tiembla el pulso, cuando pulsa una guitarra
Y
no le faltan amigos, ni noches para gastarlas
Que
cuando tiene un pecado, siempre se nota en su cara
Que
bebe el vino por vino, y bebe el agua... ¡por agua!
Viene del italiano “battuta” = batida,
marcada. La palabra se usaba para asignar el objeto con que se marcaba el
compás musical. El origen primitivo de la palabra es el verbo latino “battere o
battuere”= batir, marcar, golpear, atacar. Verbo que dará también origen a las
palabras castellana batalla, batería, batir, etc. Las primeras batutas medían más de dos
metros de largo y los directores de música la utilizaban golpeando el suelo
para marcar el compás. Se cuenta la siguiente anécdota del
compositor italiano Jean Baptista Lully. Resulta que dirigiendo la orquesta se
dio un golpe con la batuta en el dedo gordo de un pie, se hizo una herida y se
la cangrenó causándole la muerte. Algunos directores empezaron a dirigir
con la mano o con la cabeza y de espaldas al público, pero resultaba muy
ridículo. El uso de la batuta actual fue
iniciativa del compositor y director alemán Carl María Von Weber y le llovieron
muchas críticas por tal innovación. Pero empezó a ser imitado por los demás
directores como por ejemplo Félix Mendelssohn. La primera vez que un director se
colocó frente a la orquesta y de espaldas al público fue en 1876 en los
festivales wagnerianos de Bayrath.