domingo, 2 de diciembre de 2012

Cantando al Vino


Como pequeño sorbo inicial, bien podrà valernos la copla de Nicanor Parra ¡Chinchín!:





¿Hay algo, pregunto yo
más noble que una botella
de vino bien conversando
entre dos almas gemelas?


……..

Hablando de chinos (parece que el “chinchín de ellos procede), bebamos pero con moderación, no vaya a pasarnos como a Li Po. Li Po fue un famosísimo poeta chino (siglo VIII), amante de la bebida y de la luna. Se cuenta que murió ahogado en un río. Por lo visto iba paseando ebrio en su barca una noche de luna llena, y al verla reflejada en sus aguas, quiso abrazarla.
Dejo en su honor y para nuestro disfrute este poema suyo:

Mientras bebo, solo, a la luz de la luna
Un vaso de vino entre las flores:
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:

con ella y con mi sombra seremos tres.

Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.
En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Rio de las Nubes!
….

Nada mejor que seguir con este soneto de Jorge Luis Borges. También él fue un buen consumidor del vino. En su memoria:


¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?

Con otoños de oro la inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el ditirambo nuevo que este día le canto

otrora lo cantaron el árabe y el persa.
Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria
.
...........

Esta otra copita, la beberemos en honor de uno de los más grandes poetas de nuestra lengua, por no decir el mayor: Antonio Machado


Y nada importa ya que el vino de oro
rebose de tu copa cristalina,
o el agrio zumo enturbie el puro vaso...

Tú sabes, las secretas galerías
del alma, los caminos de los sueños,

y la tarde tranquila
donde van a morir... Allí te aguardan

las hadas silenciosas de la vida,
y hacia un jardín de eterna primavera
                    te llevarán un día.
............

Y un poquito alegres ya, entonemos juntos la conocidísma canción popular, para terminar por hoy:
El vino que vende Asunción,
ni es blanco, ni es tinto,
ni tiene color. (bis)
¡Asunción!, ¡Asunción!,
saca media de vino a cañón. (bis)
Cuando yo me muera
tengo ya dispuesto
en el testamento
que me han de enterrar,
en una bodega,
al pie de una cuba,
con un grano de uva
en el paladar. (bis)
A mí me gusta el pin, piribí, pin, pin
De la bota empinar, parará, pan, pan,
Con el pin, pirirín, pin, pin,
Con el pan, parará, pan, pan,
Al que no le gusta el vino
Es por no pagar o no tiene un real.

 
……….

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