Siguiendo con el tema del vino, dejo unos fragmentos de “La voz del
vino” del grupo musical “Nuevo Mester de Juglaría”. El grupo hizo un recorrido por las distintas regiones españolas cantando al vino con
sus músicas específicas: jotas, fandangos, seguidillas, zorcikos...
"Soy joven
cuando llego a la bodega,
y en la cuba durmiendo cojo solera,
y cuando me despierto vino maduro,
en la copa me sirven rojo y oscuro.
Pero el tiempo se marcha y todo llega,
me voy haciendo viejo en la bodega;
es mi padre el viñedo mi madre cepa,
son mis venas los tallos, mi cuerpo tierra."
y en la cuba durmiendo cojo solera,
y cuando me despierto vino maduro,
en la copa me sirven rojo y oscuro.
Pero el tiempo se marcha y todo llega,
me voy haciendo viejo en la bodega;
es mi padre el viñedo mi madre cepa,
son mis venas los tallos, mi cuerpo tierra."
…..
"Calla, vino
parlanchín,
que eres juez de comisiones;
donde quiera que te encuentras
todas son conversaciones.
Tu corres mas que las liebres,
y vuelas mas que el milano,
te subes a la cabeza,
quieres poder, mas que el amo."
que eres juez de comisiones;
donde quiera que te encuentras
todas son conversaciones.
Tu corres mas que las liebres,
y vuelas mas que el milano,
te subes a la cabeza,
quieres poder, mas que el amo."
………
He aquí un poema suyo. Su tema sería aquella frase latina que Plinio el Viejo acuñó, siglos después: “In vino veritas, in aqua sanitas” (En el vino está la verdad, en el agua la salud).
"¿A qué me instruyes en las reglas de la retórica?
Al fin y al cabo, ¿a qué tantos discursos
que en nada me aprovechan?
Será mejor que enseñes a saborear
el néctar de Dionisios
y a hacer que la más bella de las diosas
aun me haga digno de sus encantos.
La nieve ha hecho en mi cabeza su corona;
muchacho, dame agua y vino que el alma me adormezcan
pues el tiempo que me queda por vivir
es breve, demasiado breve.
Pronto me habrás de enterrar
y los muertos no beben, no aman, no desean."
……..
Del gran cantoautor y poeta argentino, Alberto Cortez, el
siguiente poema sobre el vino.
“¡Qué lindo es el vino!”, dice el poeta, pero como en todo, es
preciso saber cómo y en qué medida:
Si señor, si señor, el vino puede sacar cosas que el hombre
se calla
Que
deberían salir cuando el hombre bebe agua.
Va
buscando pecho adentro, por los silencios del alma
Y
los va poniendo voces, y los va haciendo palabras.
A
veces, saca una pena, que por ser pena es amarga,
Sobre
su palco de fuego, la pone a bailar descalza.
Baila,
y bailando se crece... hasta que le vino se acaba.
Entonces,
vuelve la pena a ser silencio del alma.
Si
señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla
Cosas
que hieren por dentro, cosas que pudren el alma
De
los que bajan los ojos, y que esconden la mirada.
Libera
entonces el vino, la valentía encerrada
Y
los disfraza de machos, como por arte de magia.
Entonces
son... ¡bravucones! hasta que el vino se acaba
Pues
del matón al cobarde, solo media, la resaca.
Si
señor, si señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla
Cambia
el prisma de las cosas, cuando más les hace falta
A
los que llevan sus culpas como una cruz a la espalda.
La
impura, se siente pura, como cuando era muchacha
Y
el cornudo, regatea la medida de su drama.
Y,
los tiñe de colores de castidad simulada
Pues
siempre acaban el vino los dos en la misma cama.
Pero...
¡que lindo es el vino!, el que se bebe en la casa
Del
que esta limpio por dentro y tiene brillando el alma
Que
nunca le tiembla el pulso, cuando pulsa una guitarra
Y
no le faltan amigos, ni noches para gastarlas
Que
cuando tiene un pecado, siempre se nota en su cara
Que
bebe el vino por vino, y bebe el agua... ¡por agua!
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