Las Ideas y Los Tiempos
Marsilio de Padua (Padua, 1275 – 1342)
Médico,
político, filósofo y teólogo.
Su obra
principal es “Defensor pacis”. En ella expone que la paz es indispensable para
toda actividad humana y para el funcionamiento del Estado. El Estado es
necesario para ordenar la convivencia entre las comunidades y debe
fundamemtarse en la voluntad común de los ciudadanos. Esta voluntad delega el
poder en el Gobierno, que tiene el poder de mandar sobre todas las partes.
Afirma que el
poder legislativo pertenece al pueblo, representado por la voluntad de la
mayoría y a la que el individuo tendrá que obedecer. Ante la teoría de que deben
legislar los expertos, argumentaba que la totalidad de los individuos, en
la cual están incluidos los expertos siempre legislarán mejor que sólo los
llamados expertos. A esto él llama “universitas civium” y lo distingue de la
“pars principans”, que sería el poder ejecutivo que correspondería al
“príncipe”.
Se puede
afirmar que Marsilio entendía el Estado como una monarquía que podría ser
definida como constitucional
En las
relaciones de la Iglesia y el Estado dice que, puesto que la ley divina es el
remedio para el desorden y la corrupción, el sacerdocio será necesario en cuanto
que es quien ha de exponer dicha ley. El sacerdocio es una parte más del
Estado, y por tanto deberá ser regulado por el Estado. Niega el poder del Papa
sobre la Iglesia; él afirma que este poder reside en la universalidad de los
fieles. Este poder se concretará en el Concilio Ecuménico, al que asistirán
obligatoriamente tanto e clero como los laicos. El Concilio determinará todo
cuanto sea de interés para la vida religiosa. Marsilio aboga pues por la
democratización de la Iglesia.
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