El pavo real

Cuando el campesino cerró la puerta de la granja, no imaginaba que pasaría el tiempo sin volver a ella.

En efecto, tanto tiempo pasó que los animales no tenían nada para comer y poco a poco iban enflaqueciendo y debilitándose. Sin comer y sin beber, se dejaban caer bajo las sombras, para no gastar sus últimas energías.

Ese día también el pavo real estaba exhausto, pero se levantó en un esfuerzo supremo, abrió el abanico multicolor de su cola y se paseó delante de los demás animales.

Con una voz apenas perceptible, preguntó a la clueca una gallina joven:

-¿Por qué el pavo real no deja de hacer la rueda, si apenas es capaz de moverse?

- Porque solo la muerte acabará con su tremenda vanidad- contestó la clueca.

Leonardo da Vinci

(Tomado de la red y resumido libremente)

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