El águila
En unos riscos altos tenía su nido un águila y, desde allí vio
un animal extraño en el que nunca antes había reparado.
-¿Qué será –se dijo para sí- no parece que sea un pájaro.
Llena de curiosidad, voló hasta aquel animal y cuando estuvo
frente a él le preguntó:
-¿Quién eres tú? ¿Cómo te llamas?
El animal se asustó y mientras trataba de ocultarse en un árbol,
contestó:
-Soy el búho –contestó el pobre pájaro temblando y con una voz
apenas perceptible.
El águila se abrió camino entre el follaje del árbol para verlo
mejor y exclamó:
-¡Bah, sólo plumas y ojos! ¡Tu cara es horrible, como tu voz!
En ese momento notó que sus alas se le quedaban pegadas a las
ramas y no podía desasirse: Un campesino había embadurnado de liga las ramas
más gruesas y por más que el águila se esforzaba por despegarse, toda su
energía se consumía en vano.
Entonces el búho le dijo:
¿Tenías alguna necesidad de venir hasta aquí para ridiculizarme?
Ahora vendrá el campesino y te matará. Y si no te mata, te encerrará en una
jaula y será un tormento para ti, que volabas libre por los altos cielos.
Leonardo da Vinci
(Tomado de la red y resumido libremente)
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