Cuatro serpientes
La de Iriarte
le cierra el pico al pato.
La de
Samaniego inocula al cuervo un serventesio.
La de Esopo no
se enrosca para dormir y la zorra la imita.
La de La
Fontaine termina desdentada.
…………
La serpiente y la lima
Cuéntase, que
una serpiente,
de un relojero
vecina,
buscando algo
que comer
entró en su
tienda. Una lima
sólo halló de
duro acero.
Púsose a
roerla con prisas;
y la lima, con
cachaza,
le dijo “¿a
qué te fatigas?
¡Pobre
ignorante! ¿Pretendes
hacerme
mella?¿No miras
que te
romperás los dientes,
primero que lo
consigas?
Yo sólo al
tiempo me rindo.”
Corrige la
fabulilla
a los de
ínfimo talento
que, con bajas
invectivas,
todo lo
muerden, y nada
producen
bueno en la vida.
Os atormentáis
en vano.
¿Pensáis que
vuestras malignas
mordeduras han
de hacer
impresiones
conocidas
en tantas
obras famosas
de la
posteridad dignas?
Os engañáis
torpemente
Porque obras
tan peregrinas
para vosotros,
están
en diamantes
esculpidas.
La Fontaine
La zorra y la serpiente
Se encontraba
una higuera a la orilla de un camino, y una zorra vio junto a ella una
serpiente dormida.
Envidiando
aquel cuerpo tan largo, y pensando en que podría igualarlo, se echó la zorra a
tierra al lado de la serpiente e intentó estirarse cuanto pudo. Tanto esfuerzo
hizo, hasta que al fin, por vanidosa, se reventó.
Esopo
El cuervo y la serpiente
Pilló el
Cuervo dormida a la Serpiente,
y al quererse
cebar en ella hambriento,
se mordió
venenosa. Sepa el cuento
quien sigue su
apetito incautamente.
Samaniego
El pato y la serpiente
A orillas de
un estanque
diciendo
estaba un pato:
«¿A qué animal
dio el cielo
los dones que
me ha dado?
Soy de agua,
tierra y aire.
Cuando de
andar me canso,
si se me
antoja, vuelo,
si se me
antoja, nado».
Una serpiente
astuta,
que le estaba
escuchando,
le llamó con
un silbo,
y le dijo:
«Señor guapo,
no hay que
echar tantas plantas;
pues ni anda
como el gamo,
ni vuela como
el sacre,
ni nada como
el barbo.
Y así tenga
sabido
que lo
importante y raro
no es entender
de todo,
sino ser
diestro en algo».
Tomás de
Iriarte