Desempolvando
“ En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo
corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches,
duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de
añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda….
………………..
….y el prudentísimo
Cide Amete dijo a su pluma: “...Y con esto cumplirás con tu cristiana
profesión, aconsejando bien a quien mal te quiere, y yo quedaré satisfecho y
ufano de haber sido el primero que gozó el fruto de sus escritos enteramente, como
deseaba, pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los
hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, que
por las de mi verdadero Don Quijote van ya tropezando, y han de caer del todo,
sin duda alguna” Vale.
……………….
El principio y el final
de
“El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”
Miguel de Cervantes
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