Convocando al recluso
No hacen falta
cuerdas ni instrumentos de viento,
cuando las
aguas de la montaña
nos regalan
sus prístinas notas.
¿Por qué
molestarme en cantar o andar silbando,
cuando los
frondosos árboles murmuran su canción al viento?
Los
crisantemos son comida suficiente para mí,
las orquídeas
suficiente adorno,
mis pies están
cansados de tanto vagar
y quisiera
deshacerme de mi sombrero de Oficial para siempre.
Ya no creo en
nada.
¿Fue Ta Chie o
Han San los que dijeron:
‘Tantos que se
llenan la boca alabando
la vida de
las montañas...
pero qué pocos
veo que lo dejan todo
y se instalan
a vivir por aquí...?
Zuo Si
Imagen:https://www.google.com/
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