Marco Fabio Quintiliano (Calahorra, España, 35 – Roma, 95)
Profesor de
elocuencia, abogado, pedagogo. Fundó en Roma una escuela de retórica con gran
éxito, siendo reconocido como el mejor profesor de retórica del mundo antiguo.
Tras veinte años dedicado a la enseñanza, se retiró para dedicarse a escribir.
Tiene ideas muy
precisas sobre la educación de los niños. Afirma que la educación debe de
extenderse a todos, tanto a los inteligentes como a los menos inteligentes, Es
partidario de una educación especializada, donde se tenga en cuenta las
capacidades concretas de cada niño. Es partidario también de una pedagogía del
esfuerzo, procurando eliminar el sentimiento de fracaso e intentando llegar a
lo máximo posible. Decía que al niño hay que enseñarle desde temprana edad.
Condena la costumbre establecida del castigo y la violencia por parte de los
profesores hacia los alumnos y dice que el maestro que usa la violencia, es el
que verdaderamente merece el castigo. Y se muestra como gran defensor de la
escuela pública.
Quizá su obra
más famosa sea su “Instituto oratoria”. Se trata de doce volúmenes en los que
trata minuciosamente todo cuanto se necesita para formar a un orador. Para él
su modelo era Cicerón.
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