Las Ideas y Los Tiempos

Dadichi

En la mitología induísta, Dadichi es un personaje, hijo del sabio Atharvan, nacido directamante de la cabeza del dios Brahmá y de su esposa Chitti, Sus esposas fueron Lopa Mudra, Gabhastini y Suarcha; su hijo, el gran sabio Pippalada.

Según la leyenda, tiene cabeza de caballo y se dice que los dioses gemelos Asuini Kumaras se acercaron hasta él para que les enseñara el conocimiento acerca de la planta psicotrópica ‘madhu’.

Les dijo que volvieran después, que estaba preparando un sacrificio para los dioses. Cuando se fueron, apareció el dios Indra y le advirtió que no les enseñara nada, ya que eran sólo unos curanderos. Y le amenazó con cortarle la cabeza siles e señaba algo. Cuando los dioses gemelos volvieron, Dadichi les informó de la advertencia de Indra y les dio a beber madhu. Entonces ellos le cortaron la cabeza y la reemplazaron por una de caballo. A través de la boca de caballo, les enseñó cómo revivir a un decapitado. Después de aprender ellos se escondieron y cuando Indra llegó y le cortó la cabeza de caballo, ellos le repusieron la cabeza humana original y lo revivieron.

Dadichi vivía con sus esposas en una choza junto al río Ganges. Las dos razas asuras, los daitias y los danavás pelearon contra los devas védicos y estos los vencieron. Tomaron sus armas de hierro y fueron a Dadchí para que les guardara las armas, ya que no las necesitaban. Dadichi accedió, pero cuando su esposa Lopa Mudra se enteró, se enojó y se lo reprochó, diciendo que los enemigos de los devas, les consideran a ellos sus enemigos también. Pensó Dadichi que su esposa tenía rezón, pero ya les había dado su palabra.

Pasó el tiempo y las armas se fueron oscureciendo y Dadichi las sumergió en las aguas del río. Las armas se oxidaron más todavía. Él creyó que el brillo de las armas había pasado al agua y la bebió.

Cuando los devas volvieron a buscar las armas, porque los asuras se habían unido otra vez, el sabio les explicó que se habían disuelto, pero que él había bebido su energía. Entonces les ofreció sus propios huesos para que hicieran nuevas armas a partir de ellos. Entonces Indra, jefe de los devas, desolló vivo a Dadichi y con su columna vertebral hizo una horrorosa lanza.

Cuando llegó Lopa Mudra, encontró los pedazos de carne de su marido y quiso realizar el rito ‘sati’ del suicidio, pero estaba embarazada y esperó a que naciera el hijo para matarse. Después del parto, abandonó al recién nacido debajo de una higuera, prendió una gran hoguera y se arrojó sobre ella.

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