DESEMPOLVANDO
¿Recuerdas aquel libro de tapas duras y azulonas, aquel que tiene en oro
las letras de su lomo y cuyas hojas amarillean como un pequeño otoño
encuadernado?
Quizá no recuerdes con precisión exacta cuál es su ubicación.
Mira que han sido veces las que te has prometido que has de ordenarlos por
temas, por autores por lo que sea, pero por algo que para eso estás al día en
nuevas tecnologías y dominas tu PC.
Mira que te has dicho veces que no volverá a pasarte, que ya estás cansado
de buscar uno cualquiera y encontrarte con todos menos con el que buscas y
entonces…”¿a quién se lo dejé…que no me lo ha devuelto…”
Mira que estás harto de que aparezca cuando no lo necesitas en aquel rincón
donde lo dejaste hace tres años y dijiste… “después sin falta lo dejaré en su
sitio…”
Y sabes que no lo harás, en el fondo lo sabes, porque eres un empedernido
bohemio desordenado y siempre encuentras cosas más interesantes que hacer que
meter en el 'ordenata' tu relación de libros.
No te apures, quizá con recordar que sus tapas eran azulonas, tengas suerte
y des con él.
Entra en el sagrado recinto de las buenas letras, en esa tu bodeguilla de
libros con solera, donde toman cuerpo y envejecen para ir mejorando como los
buenos vinos. Entra en tu cava de los libros y busca el azulón, que lo vamos a
desempolvar y si no entero, tomaremos de él unas copillas.
¿Qué no lo encuentras? ¿Lo prestaste? ¿Qué ya no te volverá a ocurrir
porque piensas ordenarlos por materias, autores o por lo que sea…? ¿Qué ya estás cansado…? ¿Qué ya estás harto…?
No importa, acude a la virtual (biblioteca). Ese que te digo se encuentra allí
también que yo lo he visto.
Por mi parte, ya voy a ver si encuentro el mío. Creo que más o menos sé por
donde lo dejé la última vez.
Imagen:https://www.google.com/
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