La golondrina, la serpiente y la Corte.
Una golondrina que retornaba de su largo viaje, se encontraba
feliz de convivir de nuevo entre los hombres.
Construyó entonces su nido sobre el alero de una pared de una
Corte de Justicia y allí incubó y cuidaba a sus polluelos. Pasó un día por ahí
una serpiente, y acercándose al nido devoró a los indefensos polluelos. La
golondrina al encontrar su nido vacío se lamentó:
-Desdichada de mí, que en este lugar donde protegen los derechos
de los demás, yo soy la única que debo sufrir equivocadamente.
No todo lo que beneficia a otros lo beneficia a uno.
Esopo
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