LITERATURA AZTECA

LIBROS DE SABIDURÍA

 Amonestación del padre al hijo

Hijo mío, joya mía, mi rico plumaje de quetzal:

Has llegado a la vida, has nacido, te ha hecho venir al mundo el creador y dueño.

Y vieron tu rostro y tu cabeza tus madres, tus padres, tus tíos, tus tías y tus parientes. Fijaron su mirada en tu semblante y tu cerviz. Y lloran y se emocionan por causa tuya, porque has llegado a la vida, porque has nacido en la tierra.

(…)

Cual un pajarito al fin abres el corazón. Como si fueras a salir ahora de tu encierro; como que ahora echas plumas y con ellas te vistes; como que ahora te salen cola y alas. Es que ahora comienzas a mover tus manos y tus pies y tu cabeza. Y como que haces tentativa de irte a volar.

(…)

Cuídate mucho de la mentira y falsedad: no es recto, no es bueno. Nadie puede vivir bien al lado de las personas, si tal es su conducta. Con ellas arroja a las personas al muladar, al estercolero.

(…)

¿Eres acaso como una mazorca, como una espiga, para que vayas soltando lo que hay en tu interior? ¿Podrán ver lo que hay dentro de ti? Bien atado, bien guardado bien recóndito está en tu interior, como en un cofre y en una caja. Diga alguien lo que diga, por más que te urjan para que lo declares, no digas, no descubras, no obres en ese sentido, que de hacerlo, caerás en conflictos y dificultades, o irás a dar en la infamia y el vilipendio. Y si dices lo que no debes, tú mismo te meterás en angustias y bochornos y tú mismo te rasgarás los labios mordiéndolos.

(…)

Si obras mal, mostrarás que eres un perverso, que nada te ha quedado en tu rostro y en tu corazón. Serás ciertamente tú un pervertido y no tendrás otra suerte y destino que la embriaguez y el pero de los vicios, que es el de los narcóticos. Licor de maguey con hongos tóxicos es lo que beberás, eso comerás. Y con esto irás tan abajo que ya no te darás cuenta de nada y quedarás tan fuera de ti, que por tu misma espontánea acción te irás a arrojar a las llamas, en el fuego de palos ardientes, en el rincón del horno o en el precipicio y en la torrentera. De esa manera te meterás tú mismo en la trampa, en las redes y nada te esperará ya si no es el palo y la piedra y vendrás a caer en un muladar o estercolero.

(…)

Si obras bien, si obras como se te ha indicado, serás muy bien visto y tu vida servirá de ejemplo a otros. Será reprensión de los que no viven debidamente ni tienen acato a su madre y a tu padre.

Y basta ahora: hemos hecho el deber tu madre y tu padre. Con esto te ciño, te fortalezco, te pongo la blancura de aceptación y las plumas de la gracia ante el dios. ¡No desdeñes, no arrojes como se arroja la basura, cuanto te he dicho!

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