miércoles, 16 de octubre de 2024

Dos leones trae Samaniego y tres Esopo

El primero de Samaniego desmiente aquello de que “querer es poder.”

Una cierva no encuentra el modo de esquivar al segundo león de Samaniego.

Un toro acertó al desconfiar de los asadores que el primer león de Esopo tenía preparados.

Cuando ruge del segundo león de Esopo, el ciervo mantiene una distancia prudente.

Una zorra maliciosa acusa al león de Esopo de tener miedo de un ratoncillo.

............

El león vencido por el hombre

Cierto artífice pintó

una lucha, en que valiente

un hombre tan solamente

a un horrible león venció.

Otro león, que el cuadro vio,

sin preguntar por su autor,

en tono despreciador

dijo: “bien se deja ver

que es pintar como querer,

y no fue león el pintor”.

Samaniego

La cierva y el león

Más ligera que el viento,

precipitada huía

una inocente cierva

de un cazador seguida.

En una oscura gruta,

entre espesas encinas,

atropelladamente

entró la fugitiva.

Mas ¡ay! Que un león sañudo,

que allí mismo tenía

su albergue, y era susto

de la selva vecina,

cogiendo entre sus garras

a la res fugitiva,

dio con cruel fiereza

fin sangriento a su vida.

Si al evitar los riesgos

la razón no nos guía,

por huir de un tropiezo,

damos mortal caída.

Samaniego

El león y el toro

Pensando el león cómo capturar un toro muy corpulento, decidió utilizar la astucia. Le dijo al

toro que había sacrificado un carnero y que lo invitaba a compartirlo. Su plan era atacarlo

cuando se hubiera echado junto a  la mesa.

Llegó al sitio el toro, pero viendo sólo grandes fuentes y asadores, y ni asomo de carnero, se

largó sin decir una palabra.

Le reclamó el león que por qué se marchaba así, pues nada le había hecho.

-Sí que hay motivo –respondió el toro-, pues todos los preparativos que has hecho no son para el cuerpo de un carnero, sino para el cuerpo de un toro.

Esopo

El león y el ciervo

Estaba un león muy furioso, rugiendo y gritando sin ninguna razón. Lo vio un ciervo a prudente distancia y exclamó:

-¡Desdichados de nosotros, los demás animales del bosque, si cuando el león estaba sosegado

nos era tan insoportable, ¿de qué no será capaz estando en la forma en que está ahora?

Esopo

El león, la zorra y el ratón

Dormía tranquilamente un león, cuando un ratoncillo se puso a correr sobre su cuerpo. Se

despertó el león, y se movió en todas direcciones buscando a ver quién era el intruso que le

molestaba.

Lo observaba una zorra, y le criticó por creer que tenía miedo de un simple ratoncillo, siendo

él todo un señor león.

-No es miedo del ratoncillo- dijo el león-, sino que me sorprendió que hubiera un animal que

tuviera el valor de pisotear el cuerpo de un león dormido.

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