Dos leones trae Samaniego y tres Esopo
El primero de Samaniego desmiente aquello de que “querer es
poder.”
Una cierva no encuentra el modo de esquivar al segundo león de
Samaniego.
Un toro acertó al desconfiar de los asadores que el primer león
de Esopo tenía preparados.
Cuando ruge del segundo león de Esopo, el ciervo mantiene una
distancia prudente.
Una zorra maliciosa acusa al león de Esopo de tener miedo de un ratoncillo.
............
El león vencido por el hombre
Cierto artífice pintó
una lucha, en que valiente
un hombre tan solamente
a un horrible león venció.
Otro león, que el cuadro vio,
sin preguntar por su autor,
en tono despreciador
dijo: “bien se deja ver
que es pintar como querer,
y no fue león el pintor”.
Samaniego
La cierva y el león
Más ligera que el viento,
precipitada huía
una inocente cierva
de un cazador seguida.
En una oscura gruta,
entre espesas encinas,
atropelladamente
entró la fugitiva.
Mas ¡ay! Que un león sañudo,
que allí mismo tenía
su albergue, y era susto
de la selva vecina,
cogiendo entre sus garras
a la res fugitiva,
dio con cruel fiereza
fin sangriento a su vida.
Si al evitar los riesgos
la razón no nos guía,
por huir de un tropiezo,
damos mortal caída.
Samaniego
El león y el toro
Pensando el león cómo capturar un toro muy corpulento, decidió
utilizar la astucia. Le dijo al
toro que había sacrificado un carnero y que lo invitaba a
compartirlo. Su plan era atacarlo
cuando se hubiera echado junto a
la mesa.
Llegó al sitio el toro, pero viendo sólo grandes fuentes y
asadores, y ni asomo de carnero, se
largó sin decir una palabra.
Le reclamó el león que por qué se marchaba así, pues nada le
había hecho.
-Sí que hay motivo –respondió el toro-, pues todos los preparativos que has hecho no son para el cuerpo de un carnero, sino para el cuerpo de un toro.
Esopo
El león y el ciervo
Estaba un león muy furioso, rugiendo y gritando sin ninguna razón. Lo vio un ciervo a prudente distancia y exclamó:
-¡Desdichados de nosotros, los demás animales del bosque, si
cuando el león estaba sosegado
nos era tan insoportable, ¿de qué no será capaz estando en la forma en que está ahora?
Esopo
El león, la zorra y el ratón
Dormía tranquilamente un león, cuando un ratoncillo se puso a
correr sobre su cuerpo. Se
despertó el león, y se movió en todas direcciones buscando a ver
quién era el intruso que le
molestaba.
Lo observaba una zorra, y le criticó por creer que tenía miedo
de un simple ratoncillo, siendo
él todo un señor león.
-No es miedo del ratoncillo- dijo el león-, sino que me
sorprendió que hubiera un animal que
tuviera el valor de pisotear el cuerpo de un león dormido.
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