“Alféreces provisionales,
cadáveres efectivos”
Millán Astray solía repetir esta frase en las ceremonias de entrega de
despachos a los alféreces provisionales que se crearon en la Guerra Civil
española para suplir la carencia de oficiales en el sector nacional.
El número de bajas mortales de estos jóvenes oficiales era tan alto
que originó y popularizó el dicho: “alférez provisional, cadáver efectivo” que
después se completó con el añadido: “la primara paga para el uniforme, la
segunda para la mortaja”.
Millán Astray combatió en Filipinas, perdió un ojo y un brazo en las
guerras con Marruecos, fue nombrado general y fundó la Legión Extranjera.
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