LAS IDEAS Y LOS
TIEMPOS
Platón (Atenas, 427 – 347 a.
C.)
Fue discípulo
de Sócrates y se retiró de la política para dedicarse a la filosofía. En Atenas
fundó una escuela de filosofía que se llamó la “La Academia”, en honor del
héroe Academo. Es el precedente de las modernas universidades. La escuela
pervivió hasta Justiniano (529 d. C,), más de 900 años.
Dejó escrito
su pensamiento en forma de Diálogos, siendo muy conocidos “La República”, “Las
Leyes”, “El Banquete”, “Fedro o Fedrón”, “Teeteto…”
Su pensamiento es el
siguiente:
El mundo
verdadero es el de las ideas; el mundo que nos rodea es el de las
apariencias y es cambiante. Las ideas
son inmateriales, eternas, no cambiantes y son el modelo o arquetipo de las
cosas del mundo sensible, que por ser cambiantes no “son”, son apariencias.
(Mito de la caverna). Son copias. Imitaciones de las “Ideas”.
El hombre es
un compuesto de cuerpo mortal y de alma inmortal; mientras que el cuerpo
pertenece al mundo sensible, el alma pertenece al mundo de las ideas.
El hombre será
feliz si perfecciona su alma con las tres virtudes que corresponden a los tres
componentes del alma: sabiduría de la razón, fortaleza del ánimo y templanza de
los apetitos.
Esto sólo
podrá conseguirse en la vida social del Estado. El Estado ideal sería el de una
República con tres clases de ciudadanos: los filósofos que gobernarían la
comunidad por ser sabios; los guerreros que se encargarían del orden y de la
defensa, por tener la virtud de la fortaleza; y el pueblo, que por tener la virtud de la templanza trabajaría en las distintas actividades.
Platón intentó
poner en práctica sus ideas filosóficas sobre el Estado y el experimento
fracasó por dos veces.
Mito de la caverna
En el interior
de una caverna hay un grupo de hombres prisioneros. Están encadenados, mirando
hacia la pared del fondo. Detrás de ellos, por el muro del pasillo de entrada
circulan hombres llevando cosas. Detrás de estos hombres, a la entrada, hay una
hoguera que ilumina a los hombres del pasillo y proyecta sus sombras en la
pared del fondo. Los prisioneros sólo ven estas sombras proyectadas. Para estos
prisioneros, las sombras proyectadas son reales y verdaderas, puesto que nunca
han visto lo que hay a sus espaldas ni en el exterior.
Si uno de
estos prisioneros lograse salir al exterior, conocería a la luz del “Sol” la
realidad verdadera, y seguramente
querría ir a rescatar a sus compañeros, para sacarles del error y hacerles
comprender que lo que ellos ven no es real, sino sólo sombras proyectadas.
En alegoría de
la caverna se establece una primera comparación entre la prisión con la luz de
fuego y la realidad exterior con la luz del Sol.
El esfuerzo
del prisionero que logra salir significaría el esfuerzo que hace el alma del
hombre por entender.
El sol es la
Idea del Bien que causa todas las cosas del mundo visible con su luz, a la vez
que causa la verdad y la sabiduría.
Platón termina
diciendo que si el prisionero que supuestamente salió al exterior, volviera a
“rescatar” a sus compañeros de la caverna, posiblemente estos se burlarían de
él; y, si intentara desatarlos y hacerlos subir hacia la luz, posiblemente lo matarían. Hace esta afirmación aludiendo
al esfuerzo que hizo Sócrates por ayudar a los hombres a la verdad, lo que le
valió la pena de muerte.
Platón explica la composición
del mundo
Al mundo de
las ideas y al mundo de la materia añade un tercer elemento, que es “El
Demiurgo”. Llama Demiurgo a una especie de semidiós que sería la causa del
universo.
Este semidiós
modela la materia tomando como modelo las ideas. En el mundo material introduce
el orden, la armonía y la belleza de las ideas y también de la bondad. El
Demiurgo de Platón no es un Dios creador,
puesto que tanto las ideas como la materia son preexistentes.
El demiurgo de
Platón actúa con la finalidad de trasladar el orden del mundo de las ideas a la
materia del cosmos.
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