Las Ideas y Los Tiempos
Ireneo (San) (Esmirna, Turquía, 130 – Lyón, 202)
Obispo de Lyón
y teólogo.
Su principal
obra se titula “Contra las Herejías”. Rechaza a los que él llama “falsos
profetas”. Polemizó con los agnósticos,
rechazó los excesos de los montanistas. Afirma que el Dos del Antiguo
Testamento es el mismo que el del Nuevo; que hay un solo Dios, creador de todas
las cosas por medio del Verbo. Entre otras coas, afirmó que Cristo no sólo tomó como hombre, cuerpo espiritual (es lo que afirmaban los gnósticos), sino que tomo
también cuerpo material; que es la Escritura donde hemos de fundamentar la fe;
y que la verdadera tradición es la que proviene de la iglesia fundada por los
apóstoles, convirtiéndose en norma de la fe.
El tema central
de su teología es el de la antropología. En contra de los agnósticos que
distinguían tres clases de hombres, con categoría de sustancias distintas,
Ireneo afirma la existencia de un solo hombre, carnal, espiritual y animal,
mezcla de cuerpo, alma y espíritu. Así como para los agnósticos el cuerpo del
hombre por ser carne corruptible no se puede salvar, Ireneo defiende que el
hombre “por se” es carne, pero una carne que puede salvarse, porque se puede
“divinizar” y que de hecho fue divinizada por la encarnación del Hijo de Dios.
El hombre será imagen de Dios cuando su carne sea glorificada. El hombre está
“en construcción”, se está haciendo y sólo será hombre perfecto, terminado,
cuando resucite y haya logrado la inmortalidad y sea incorruptible.
Entre otras doctrinas de Ireneo, las siguientes:
Cristo es el modelo en la creación de Adán, el hombre ideal; en él se resume toda la historia de la salvación del hombre.
Cristo tomó de
María su cuerpo carnal, lo cual significa, en contra de lo que decían los agnósticos,
que Jesús era Dios y hombre.
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