Remedios la Bella
Peligrosísimo sule resultar observar la belleza de mujeres tan bellas. El caso de Remedios es ejmplarizante:
Bisnieta de Úrsula la
cofundadora de Macondo, es famosa en todo el contorno por su belleza
deslumbrante de modo que de todas partes, aún los más descreídos acudían a misa
los domingos para verla. “Hombres expertos en trastornos de amor, probados en
el mundo entero, afirmaban no haber padecido jamás una ansiedad semejante a la
que producía el olor natural de Remedios la bella”.
Andaba totalmente
desnuda por la casa pues ella entendía “que era la única forma decente de estar
por casa”. “No entendía por qué las mujeres se complicaban la vida con corpiños
y pollerines, de modo que se cosió un balandrán de cañamazo que sencillamente
se metía por la cabeza y resolvía sin más trámites el problema del vestir”
Ella era inocente, no se
proponía este poder seductor que ejercía en los hombres, Sin embargo ocasionaba
estragos en aquellos que se obsesinaban e insistían en la contemplación de su
belleza. Este poder seductor llevaba parejo la muerte y hasta cuatro
pretendientes aparecieron muertos,
víctimas de inverosímiles desgracias misteriosas. Esto le ocurrió a la última
de sus víctimas:
“..y se encerraba hasta
dos horas desnuda en el baño, matando alacranes…Un día, cuando empezaba a bañarse,
un hombre levantó una teja del techo y se quedó sin aliento ante el tremendo
espectáculo de su desnudez. Ella vio los ojos desolados a través de las tejas
rotas y no tuvo una reacción de vergüenza, sino de alarma.
-Cuidado –exclamó-. Se
va a caer.
-Nada más quería verla
–murmuró el forastero-
-Ah, bueno –dijo ella-.
Pero tenga cuidado que esas tejas están podridas.
(…)
“Las tejas podridas se despedazaron en un estrépito de desastre. Y el hombre aopenas alcanzó a lanzar un grito de terror, y se rompió el craneo y murió sin agonía en el piso de cemento.”
Remedios era ingenua e inocente, quizá por eso le ocurrió, acaso como premio, lo que os contaré a continuación:
“Acabó de decirlo cuando
Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las
manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso
en los encajes de sus pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no
caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya
casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de
aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a
Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano entre el deslumbrante aleteo
de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los
escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban
las cuatros de la tarde y se perdieron con ella para siempre en los altos aires
donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria.”
Imágenes:https://www.google.com/
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