Las ideas y los tiempos
El mito budista de la creación
Para el budismo, el mundo nunca tuvo origen, siempre existió. Si el hombre pregunta acerca de este tema, nunca tendrá respuesta, dijo Buda, el hombre ha de preocuparse por salvarse del sufrimiento mediante la llegada del nirvana.
En el texto del Digha Nikaia, se dice que en un momento del tiempo el mundo se contrajo y cuando se expandió de nuevo, se reencarnaron los seres humanos. La tierra se forma en la superficie del agua y los humanos la comen porque es sabrosa. El sol, la luna, los días y las noches empiezan a existir. Comiendo la tierra unas personas se hacen hermosas, mientras otras degeneran y aparecen feas. Las hermosas se vuelven arrogantes y la tierra sabrosa desaparece. Continúa la degeneración y aparecen setas para comer. Cuando la gente se vuelve arrogante, las setas son reemplazadas por plantas y después por arroz. La gente sigue en degeneración y se empieza a convertir en hombres y mujeres. La gente crea los campos de arroz con límites lo que origina la aparición del robo y aparecen todas las castas originarias.
En el texto budista Agama-sutra, una expansión del mundo produce la siguiente contracción, donde reina el caos, seguido de una expansión donde reina el orden y así sigue interminablemente. La rueda del karma provoca reencarnaciones hasta que se termina en un ‘maha yuga’ que termina con el colapso del universo sobre sí mismo, volviendo al vacío total.
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