Las Ideas y Los Tiempos
San Ambrosio (Tréveris, 340 – Milán, 397)
Retórico,
jurídico, orador, teólogo, prefecto y Obispo de Milán. Es uno de los cuatro llamados ‘Padres de la Iglesia’.
Una tradición
cuenta que habiendo asistido como prefecto a la elección del nuevo obispo de
Milán, tras la muerte de Auxencio, para impedir los posibles disturbios entre
católicos y arrianos, fue tan seductora su oratoria, que se oyó el grito de un
niño diciendo: “Ambrosius epíscopus”. Se propuso su candidatura, pero él se
opuso, pues todavía no había recibido el bautismo. El caso es que en una semana
fue bautizado y ordenado de diácono, sacerdote y consagrado obispo.
Como obispo
destacó por sus conocimientos de la Biblia y de autores griegos, por la
meditación sobre la Sagrada Escritura, por su predicación y por su acción
social. Luchó contra los arrianos, hasta el punto de movilizar a sus fieles
para impedir que el Emperador Valentiniano II permitiera a los arrianos la
construcción de una iglesia en Milán. Lo consiguió a pesar de Justina, la madre
del emperador, que era arriana y ejercía sobre su hijo una gran influencia.
Ambrosio se
enfrentó al Emperador Teodosio I y lo excomulgó por haber sido responsable de
una gran masacre en Tesalónica. Y no lo
admitió de nuevo a la iglesia hasta que Teodosio se arrepintió. Fue también
quien convirtió del paganismo y bautizó a San Agustín de Hipona.
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