miércoles, 9 de abril de 2025

Las ideas y los tiempos

Valentín el gnóstico (Siglo II)

Fue un gnóstico egipcio que llegó a Roma, donde conoció las religiones paganas, judía y cristiana. Se alejó de las afirmaciones cristianas para centrarse en la vertiente panteísta y mitológica.

En su libro ‘Epístola a Reginos sobre la Resurrección’, manifiesta su carácter gnóstico, pero afirma querer estar dentro de la iglesia sin renunciar al nombre cristiano. A la doctrina cristiana de la resurrección  le da un sentido diferente, interpretándola a la luz gnóstica.

El pensamiento valentiniano, se sitúa en la dimensión de la mitología, presentando la gnosis como respuesta a las cuestiones claves del existir, como son ¿qué éramos y qué hemos llegado a ser?, ¿de dónde éramos y adónde hemos venido a parar?, etc.

Explica que había un eón preexistente, Abismo, que estaba con Silencio. Abismo concibió la idea de emanar y con Silencio dio a luz a un par de eones: Mente y Verdad. Se formó así la ‘Cuaternidad primordial’. Después La Mente y la Verdad, continuaron emanando, dando origen a Logos y vida, estos, a su vez, engendraron a Hombre e Iglesia, dando así lugar a la ‘Cuaternidad Inferior’. Siguió el proceso hasta un total de treinta eones, el último de los cuales es Sophia (Sabiduría). Así queda establecido el ‘Pléroma divino’.

A través de Sophia, el hombre, el ser supremo del mundo inferior, participa de la naturaleza material, de modo que la obra de redención consistirá en liberar a su parte superior, la espiritual, de su servidumbre de la inferior. Esta fue la misión de Cristo y del espíritu Santo.

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