CUENTO INFANTIL
El
príncipe feliz – Oscar Wilde
Hasta los pies de la estatua del Príncipe feliz, que lucía en lo
alto de la ciudad, acudió una golondrina. La estatua era hermosa, tenía a guisa
de ojos dos centelleantes zafiros, un rubí en la empuñadura de la espada y
estaba toda vestida de madreselva de oro fino. La golondrina, se había quedado
sola por estar enamorada de un junco; sus amigas ya habían volado a Egipto para
pasar el invierno. Se dispuso a pasar la noche acurrucada a los pies del
príncipe, antes de partir hacia el país cálido, pero cuando estaba a punto de
dormirse, le cayó encima una pesada gota de agua…
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