Las Ideas y las
Tiempos
Zaratustra (Rai, Bactria,
Irán, 6.300 a. C.?)
Conocido también
como Zoroastro, a los 15 años se retiró a la soledad y dedicó diez años a la
meditación. En este tiempo recibió del creador “Las Gazas” o textos revelados.
A los treinta años vio a Ahura Mazda, el Sabio Creador y fue iluminado por él.
A partir de este momento se dedicó a anunciar al mundo la verdad revelada, con
poco éxito al principio, pues en los doce primeros años sólo consiguió 22
seguidores. Su nueva doctrina fue recibida con mucha oposición por parte de
gobernantes y sacerdotes, hasta que finalmente fue aceptada por el rey
Vishtaspa (Afganistán?), después de sufrir un riguroso examen por parte de los
doctores de la religión tradicional.
Frente a Ahura
Mazda, principio del bien, está Ahriman, principio del mal. Cada hombre es
libre de elegir entre el bien y el mal. El hombre no está predestinado, debe
actuar acercándose al bien. Recibirá premio o castigo según vivan su vida. Las fuerzas de bien acabarán
por imponerse.
Las Gazas son
siete himnos, donde se encuentran las enseñanzas de Zaratustra, que pueden
resumirse en “buenos pensamientos, buenas palabras y buenas acciones.”
Ahura Mazda es
el Ser Supremo Omnipresente, Creador de la vida y de la materia. No es
castigador, sino luz y guía del hombre hacia la unión con Dios.
El fuego, como
fuente de luz, calor y energía es tomado como símbolo de Sabiduría, Amor y Vida
en la doctrina de Zaratustra. En los templos, los sacerdotes se encargan de
alimentar de forma permanente un fuego encendido, que es motivo de
peregrinación por ser “El Hijo de Ahura Mazda.”
El número de
seguidores del Zoroastrimo (llamados Parsis) ha disminuido notablemente. La
mayor parte de seguidores actuales se encuentran en La India, Irán, Pakistán y
Sri Lanka.
La doctrina de
Zoroastro ha influido mucho en el judaísmo. Ambas doctrinas coinciden en la
angeología, en la inmortalidad del alma, la resurrección, en el juicio final
(por los pensamientos, palabras y obras), en el premio y castigo futuros, cielo
e infierno. La figura de Ahriman, principio del mal, tiene su semejanza en Satanás.
La torre del silencio
Los sacerdotes
ortodoxos del zoroastrismo siguen practicando el rito funerario de los
antepasados: Los “parsis” que mueren son llevados “La Torre del silencio”. Es ésta una construcción de piedra en el
sector residencial de Bombay. Sobre losas de piedra se depositan los cadáveres
de los muertos para quesean devorados por los buitres. El sol calcina después
los huesos, que serán arrojados en un pozo. Esta práctica funeraria es cada vez
más rechazada por los jóvenes seguidores de la doctrina de Zoroastro.
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