martes, 31 de marzo de 2020


Otra de bueyes

-Esopo pinta a un buey tan descuidado, que pisa una rana sin querer.
-Fedro la pinta bien hinchada.
-Fedro enseña al buey a no envidiar.


El buey y la rana

Un buey que llegó a beber a una charca donde había un grupo de ranas jóvenes, pisó y aplastó a una de ellas matándola.
Cuando llegó la madre y notó la ausencia de una de sus hijas, preguntó a sus hermanas qué había pasado con ella.
"Está muerta, madre querida; ya que ahora mismo una bestia muy enorme con cuatro grandes patas vino a la charca y la aplastó de muerte con su talón hendido."
La madre, hinchándose al máximo, preguntó,
-¿Si la bestia fuera tan grande como este tamaño?-
-Para, madre, de hincharte-, dijo una hija, -y no te enojes; ya que puedo asegurarte que más pronto te reventarás que imitar con éxito la inmensidad de aquel monstruo."
Esopo

 La rana y el buey" | Ranas, Ratones, Buey

LA RANA REVENTADA Y EL BUEY

El débil perece cuando quiere imitar al poderoso.
Un día en un prado una rana vio un buey y, movida por la envidia de tan gran tamaño, infló su arrugada piel: entonces preguntó a sus hijos si era más grande que el buey. Ellos dijeron que no. De nuevo distendió su piel con un esfuerzo mayor y, de igual modo, preguntó quién era más grande. Ellos dijeron que el buey. Finalmente, indignada, mientras quería inflarse todavía más, quedó tendida con su cuerpo reventado.
Fedro

 LAS RANAS Y EL BUEY
El buey y la becerra

Viendo a un buey trabajando, una becerra que sólo descansaba y comía, se condolió de su suerte, alegrándose de la de ella.
Pero llegó el día de una solemnidad religiosa, y mientras al buey se le hacía a un lado, cogieron a la becerra para sacrificarla.
Viendo lo sucedido, el buey sonriendo dijo:
-Mira becerra, ya sabes por qué tú no tenías que trabajar:
¡es que estabas reservada para el sacrificio!
Fedro

Fabulas Cortas: El buey y la becerra

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