Cuando salí de la Habana
Cuando salí de la habana
de nadie me despedí,
solo de un perrito chino
que venía tras de mí.
El perro como era chino
un señor me lo compró
por un poco de dinero
y unas botas de charol.
Las botas se me rompieron
y el dinero se acabó.
Voy en busca de mi perro
que valía más que yo.
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