Las ideas y los tiempos
Basilio de Carmona (Almasaya, siglo III – Comana
Pontica, 308)
Tanto en la Iglesia Católica cono en la Ortodoxa, es
tenido como Santo Mártir. Fue sobrino del santo mártir Teodoro de Amasea y
martirizado en la persecución a los cristianos llevada a cabo por el emperador
romano Valerio.
Cuenta la leyenda que Basilio, junto a sus
compañeros Eutropio y Kleonokos, tratando de convertir al cristianismo a los
paganos de la región, derribó una estatua de Artemisa. Fue arrestado y sus dos compañeros fueron crucificados.
Estando en prisión, recibió una visión que le anunciaba su martirio. Entonces
pidió a los guardianes que le dejaran regresar a casa de sus padres para
despedirse de ellos y los guardianes se lo concedieron. Estando ya de vuelta a la
prisión, el gobernador se enteró, castigó a los guardias, salió en la búsqueda
de Basilio, lo cargó de cadenas y lo envió a prisión a Comana.
Sigue contando la leyenda, que, en una parada, sus
guardias lo dejaron atado a un árbol, mientras ellos comían en una posada del
camino. Atormentado por la sed, Basilio rezó a Dios y brotó agua de una roca que
había junto a él. Los guardias creyeron en el milagro y le liberaron.
Después se presentó al gobernador y este le quiso
obligar a ofrecer un sacrificio a los dioses romanos a cambio de su vida. Basilio se negó y el gobernador mandó
decapitar al mártir y arrojar su cuerpo
al río.
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